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❌ ¿Un fallo conduce a otro fallo?
El impacto emocional de cometer un error y no perdonarnos por ello❌
¿Te ha pasado que cuando metes la pata o fallas en algo, ese fallo origina que cometas otro fallo?
Vuelvo con otra de mis reflexiones hechas mientras juego a Tetris.
El otro día observé, que cuando, por error, coloco mal una pieza, aumenta la probabilidad de colocar mal las siguientes.
Te pongo en situación: aún no se ha terminado de encajar la pieza con la que estoy jugando pero ya la tengo posicionada, así que de de prestarle atención y a cambio dirijo dicha atención al aviso de qué pieza es la siguiente que va a caer por la parte superior de la pantalla (anticipación ante todo 😉), y en microsegundos decido dónde la voy a colocar cuando la anterior pieza está todavía terminándose de encajar.
Acto seguido aparece la pieza nueva que estaba siendo anunciada.
La giro rápidamente para que adopte la posición adecuada, la muevo hacia derecha o izquierda para que al caer se coloque exactamente donde he decidido.
Peeeeeeeeeeeeeero!!!! A veces se me va el dedo, o no hago la maniobra a la velocidad suficiente o, lo peor de todo en Tetris: ¡¡¡cambio de opinión!!
Veo un nuevo lugar para ubicar la pieza mejor que el que había decido, me dejo arrastrar por el perfeccionismo y sí, ese segundo lugar que he visto es mejor, pero ya no hay tiempo de maniobra.
El caso. Sea cual sea el motivo del error, la pieza, queda mal coloca.
Eso genera un micro impacto emocional en mi cerebro, que en el Tetris dura una microfracción de segundo, pero que tiene el potencial de descentrarme.
Si no me perdono en cuestión de micro segundos… me doy cuenta de que me despisto lo suficiente como para no prestar atención suficiente a la siguiente pieza que Tetris anuncia, entonces ya no la coloco bien.
Si me quedo enganchada en lo que debería haber hecho y no hice, si no recupero la atención, termino en “Game Over”.
Y el truco para no terminar en “Game Over” y poder continuar, me doy cuenta que consiste en eso: en perdonarme el error, y no engancharme ni un instante en culpabilizarme. De lo contrario… se arruina todo.
Después de compartirte esta anécdota, te dejo la pregunta del día para ti:
¿Cómo reaccionas cuando cometes un error?
¿Y cuando las personas de tu equipo cometen un error?
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